CATECISMO DE LOS ÁNGELES “LOS ÁNGELES, Probemos su Existencia” (Continuación NUEVA ETAPA) Lección 44
LECCIÓN 44
CATECISMO DE LOS ÁNGELES
“LOS ÁNGELES, Probemos su existencia”
(Continuación NUEVA ETAPA)
Otra atea y revolucionaria, cuyos
libros hablan elocuentemente de ella y confirman nuestras aseveraciones: Manual de un libre pensador, Un mundo sin
Dios, El Evangelio y el ateísmo.
Recibió de las sectas secretas a las que ella pertenecía
todo el apoyo para propagar el teosofismo, con esos apoyos y sin la mayor
conciencia, condujo a la teosofía a un lugar relativamente preponderante; y
así, enajenada por el falso éxito se atrevió a realizar algo que provocaría su
caída; preparó a un muchacho hindú, le llamo Krishnamurti y con astucia
diabólica, la tal Ana, propagó que en su próxima época Cristo se serviría del
cuerpo de Krishnamurti para ayudar a los hombres como lo hizo en tiempos
anteriores. Exponiendo, desde luego al muchacho a una infame adoración. Esto
provocó que los otros impíos rompieran con ella, no por la más elemental
conciencia, sino porque consideraban una imprudente audacia que perjudicaba a
la causa. Así que Steiner, Krishnamurti y sus seguidores la abandonaron.
Una vez que la abandonaron, el
teosofismo de dividió; y Ana Bessant se quedó con su teosofismo budista,
Steiner se apoyó en las ideas egipcias neoplatónicas. Lógico resultado de tanta
falsedad, soberbia y odio a la verdad.
Y continúan las mujeres en pos del mal,
las cuales, cuando se dedican a la perversidad no tienen medida. Después de las
fuertes bajas que tuvo el teosofismo por las exaltaciones de Ana, toma la dirección
Alice Bailey quien separada del marido y de los hijos y con muchas necesidades económicas
y penas morales, se inscribe en el teosofismo decadente. Audaz, con don de gentes
y con la ayuda de Satanás, gana muchos prosélitos, forma varios movimientos de la
misma sociedad teosófica denominándolos con nombres sugestivos, de tal manera, que
es con ella, con quien da comienzo la Nueva Era.
La fundación en Escocia del Centro Findhor,
que después pasa a Estados Unidos, da un impulso certero al movimiento y el fundador
del referido Centro David Spanger da vida al libro El nacimiento de la Nueva Era.
Por ello, ya en 1975, todos los medios,
modos y fines que permanecían secretos, se abrieron al público, los cuales han logrado
una gran divulgación, haciendo un daño, a veces irreparable.
Sor Clotilde