jueves, 14 de septiembre de 2017

CATECISMO DE LOS ÁNGELES “LOS ÁNGELES, Probemos su Existencia” (Continuación NUEVA ETAPA) Lección 44




LECCIÓN 44
CATECISMO DE LOS ÁNGELES
“LOS ÁNGELES, Probemos su existencia”
(Continuación NUEVA ETAPA)









         Otra atea y revolucionaria, cuyos libros hablan elocuentemente de ella y confirman nuestras aseveraciones: Manual de un libre pensador, Un mundo sin Dios, El Evangelio y el ateísmo.

         Recibió de las sectas secretas a las que ella pertenecía todo el apoyo para propagar el teosofismo, con esos apoyos y sin la mayor conciencia, condujo a la teosofía a un lugar relativamente preponderante; y así, enajenada por el falso éxito se atrevió a realizar algo que provocaría su caída; preparó a un muchacho hindú, le llamo Krishnamurti y con astucia diabólica, la tal Ana, propagó que en su próxima época Cristo se serviría del cuerpo de Krishnamurti para ayudar a los hombres como lo hizo en tiempos anteriores. Exponiendo, desde luego al muchacho a una infame adoración. Esto provocó que los otros impíos rompieran con ella, no por la más elemental conciencia, sino porque consideraban una imprudente audacia que perjudicaba a la causa. Así que Steiner, Krishnamurti y sus seguidores la abandonaron.

         Una vez que la abandonaron, el teosofismo de dividió; y Ana Bessant se quedó con su teosofismo budista, Steiner se apoyó en las ideas egipcias neoplatónicas. Lógico resultado de tanta falsedad, soberbia y odio a la verdad.

         Y continúan las mujeres en pos del mal, las cuales, cuando se dedican a la perversidad no tienen medida. Después de las fuertes bajas que tuvo el teosofismo por las exaltaciones de Ana, toma la dirección Alice Bailey quien separada del marido y de los hijos y con muchas necesidades económicas y penas morales, se inscribe en el teosofismo decadente. Audaz, con don de gentes y con la ayuda de Satanás, gana muchos prosélitos, forma varios movimientos de la misma sociedad teosófica denominándolos con nombres sugestivos, de tal manera, que es con ella, con quien da comienzo la Nueva Era.
         La fundación en Escocia del Centro Findhor, que después pasa a Estados Unidos, da un impulso certero al movimiento y el fundador del referido Centro David Spanger da vida al libro El nacimiento de la Nueva Era.
         Por ello, ya en 1975, todos los medios, modos y fines que permanecían secretos, se abrieron al público, los cuales han logrado una gran divulgación, haciendo un daño, a veces irreparable.
      

Sor Clotilde