jueves, 6 de marzo de 2014

"Los ángeles ¿verdad o mentira?". Capítulo 3. Los falsos ángeles de la Nueva Era. (Fin del capítulo)

La Santa Iglesia madre y maestra.

Después de conocer la Nueva Era, en este breve recorrido y haber comprobado sus falsedades, su maldad y su origen diabólico; continuaremos presentando la imagen de la Santa Madre Iglesia Católica y su doctrina.

La Iglesia católica es una sociedad espiritual y visible de todos los bautizados que profesan la doctrina de Cristo y obedecen al Papa. Jesucristo, fundador de la Iglesia católica quien es la verdad misma, funda su Iglesia en la verdad y hacia la verdad eterna.

El desarrollo de la Iglesia se inició con los apóstoles quienes comenzaron a cumplir esta misión el mismo día de Pentecostés (Hch 2, 41) (Hch 4,4). Luego los apóstoles se esparcieron por todo el mundo e iban fundando nuevas comunidades cristianas con su predicación. Dichas comunidades eran regidas por obispos consagrados por los apóstoles y, siempre unidos entre sí, por una misma fe, unos mismos sacerdotes y por la obediencia al jefe común, que entonces era san Pedro y después los sucesores, hasta llegar, en la actualidad a Benedicto XVI.

A los fieles se les llamó cristianos, a las comunidades iglesias y al conjunto de todas Iglesia católica.

Hoy día la Iglesia católica se halla propagada por todo el mundo y entre otras cosas, sabemos que la Iglesia es verdadera, no sólo por su fundador si no entre otras cosas por sus cuatro notas peculiares y muy propias. Una, Santa, Católica, Apostólica, advirtiendo que estas notas las señaló el Espíritu Santo en el Sagrado Libro Apocalipsis: cap. XXI, Unidad, versículos 2-9-10; Santidad, 10-11, 27; Catolicidad, 12-24-26 y Apostolicidad, 14.

Es una, uno su fundador, una su doctrina, uno su culto, una su autoridad, uno su fin: "Un solo Señor, una sola fe, un solo Bautismo" (Carta de san Pablo a los fieles de Éfeso: IV-S).

Una santa: santo su fundador, santa su doctrina, muchos santos han poblado la tierra después el Cielo; santo su fin terreno y eterno que es alcanzar la verdadera felicidad a través de la glorificación a Dios y las buenas obras: "Yo les he comunicado su Palabra ... Santifícalos en la verdad, tu palabra es la Verdad" Un XVII, 17).

Católica: es universal en tiempo, en espacio, en doctrina..."Id y enseñad a todas las naciones" (Mt XVIII, 19). "Sereis mis testigos hasta los confines del mundo" (Hch 1,8). 

Apostólica: porque sólo a los apóstoles y a sus legítimos sucesores confió Cristo poder enseñar, santificar y gobernar: "Como mi Padre me envío a Mí, así yo os envío a vosotros" (Jn XX. 21). "Estáis edificados sobre el fundamento de los Apóstoles y Profetas, siendo la Piedra Angular el mismo Cristo Jesús" (Ef II,20).

Además de las notas de la Iglesia invocamos sus cualidades para fortalecer nuestra argumentación:

Visible: es una sociedad exterior vista por todos.

Perpetua: perdurará por siempre hasta el final de los siglos.

Invariable: la invariabilidad no le obstruye del progreso, porque no es estática; invariable, quiere decir que todo lo esencial en el Dogma, en la moral y en el culto son intocables e inconmovibles.

Infalible: el Magisterio Eclesiástico no podrá errar cuando habla de fe o de costumbres. Cuando el Santo Padre habla en nombre de Dios y de la Iglesia, no como maestro común, sino como Doctor Universal sobre asuntos de fe y costumbre, habla ex cátedra y no puede equivocarse. Esta infalibilidad ex cátedra es participada por Jesucristo y con la asistencia del Espíritu Santo.

Además de lo ya expuesto como pruebas irrefutables sobre la excelencia de la Santa Madre Iglesia, todavía podemos hablar, aunque sea someramente, del milagro, de la profecía, así como de la rápida expansión de la Santa Madre Iglesia.

El milagro es un hecho sensible y extraordinario que supera las fuerzas de la naturaleza; se dice sensible porque puede ser apreciado por los sentidos; extraordinario por que está fuera de lo normal y corriente; supera las fuerzas de la naturaleza, porque la naturaleza por sí misma nunca tendrá poder para realizar un milagro.

Milagros sin fin, encontramos en la Sagrada Escritura, acontecimientos extraordinarios que no pueden negarse, sin desconocer a su autor, Dios. Por eso la Nueva Era no pudiendo negar la evidencia, admite el milagro, pero le concede otro origen y sentido inconsistente y herético. Quitándole lo sobrenatural y concediéndole a las fuerzas que ellos catalogan como divina.

La profecía es "la predicción cierta de un hecho futuro que no se puede conocer naturalmente y que se realiza en forma anunciada, por ejemplo, "de este templo, no quedará piedra sobre piedra", aludiendo Jesucristo al templo de Jerusalén que fue destruido el año 70, tal como lo profetizó el mismo Cristo.

La excelencia de su doctrina, inmensamente superior a la de cualquier secta o falsa religión, y, aun considerada la Iglesia y su doctrina desde el aspecto puramente humano, ha de concluirse que su elevación, su armonía, su congruencia supera todo lo que la sabiduría del hombre ha excogitado.

Por último consideremos:

a) Su rápida expansión y difusión.
b) El testimonio de sus mártires.
c) Su prodigiosa fecundidad para el bien; y a los hechos de los apóstoles nos hablan de millares de judíos y gentiles convertidos. "Vuestra fe anunciada por todo el mundo" (Rm 1, 8) Y en el año 197 decía Tertuliano a los gentiles: "Somos de ayer y llenamos todo vuestro imperio". "Sólo en los tres primeros siglos, millones ofrendaron su vida por la fe católica y la historia posterior, ¿qué nos cuenta?"

Después de estas breves, pero irrefutables consideraciones pregunto cristiano o no; después de haber recorrido la nefasta y revuelta historia, así como falsa doctrina de la Nueva Era con todas sus falsedades y de contemplar la unidad, la veracidad, la santidad de la Iglesia desde su fundador y de su doctrina ¿qué concluyes?

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