"Naturaleza del Demonio" Lección 30
“LOS ÁNGELES Probemos su existencia”
LOS ÁNGELES CAÍDOS
(Continuación)
NATURALEZA DEL DEMONIO
253.–
Los Ángeles caídos conservan íntegra la naturaleza, pero privada de la gracia y
de otros dones naturales.
254.
– Su entendimiento se encuentra obnibulado por el odio y, su voluntad
naturalmente inclinada y confirmada en el mal.
255.-
Excluidos para siempre, de la Bienaventuranza Eterna, por la que ellos padecen
más que cualquier condenado, puesto que percibieron tan cercana la Bienaventuranza
y al mismo Dios. Por tanto, es peor su desesperación, su despecho por lo que
perdieron y, que ya no podrán alcanzar.
256.-
Odian a los hombres, sobre todo a los buenos por ser imagen y semejanza de
Dios, objeto primordial de su odio.
257.-
Entre sí se odian y se maldicen, por la causa de la recíproca perdición.
258.-
No conocen el amor, “Y quien no ama permanece en la muerte”, nos dice San Juan.
259.-
Son cómplices de la maldad. Son la peor de las mafias.
260.-
Además, como la naturaleza en sí no sufrió menoscabo por el pecado, los hay
superiores e inferiores y eso les es insoportable.
261.-
Sólo se relacionan y obedecen, para hacer el mal a las creaturas, sobre todo al
hombre.
262.-
El sitio de su permanencia es el infierno, pero ellos andan por todas partes con
el fin de perder a los hombres, y Dios lo permite para poner a prueba la
fidelidad de las almas.
EXISTENCIA DEL DEMONIO
263.-
La existencia del Demonio y de todos los ángeles caídos, se prueba desde el
Libro del Génesis II,1 sig. —Libro de Job I.
264.-
En muchos pasajes del A. y del N. Testamento se prueba la existencia del
maligno: “Veía yo a Satanás caer del cielo como un rayo” (Luc.X,18)—“Apartaos
de mí, malditos al fuego eterno, preparado para el diablo y para sus ángeles”
(Mt.XXV,41)—y otros muchos más.
265.-
La Iglesia enseña lo mismo con Magisterio infalible: “Sí alguno dijere que el
diablo no fue primero un ángel bueno hecho por Dios y que su naturaleza angelical
no fue obra de Dios … sea anatema” (Concilio de Braga A. 561)
266.-
“El diablo y demás demonios ciertamente fueron creados por Dios buenos por
naturaleza; más ellos, por sí mismos, se hicieron malos” (Concilio de Letrán A.
1215).
267.-
Cito ahora a un reconocido autor contemporáneo, cuya doctrina y enseñanza se
cifra en las fuentes de la Revelación explicada por el Magisterio Eclesiástico:
“Digan lo que digan algunos teólogos superficiales, el diablo es, para la fe
cristiana, una presencia misteriosa pero real, no meramente simbólica sino
personal, y es una realidad poderosa (El Príncipe de este mundo, como lo llama
el N. T. que nos recuerda repetidamente su existencia). Su maléfica libertad
sobrehumana opuesta a la de Dios; como nos lo muestra una lectura realista de
la historia, con su abismo de atrocidades, continuamente renovada y que no
puede explicarse solamente con el comportamiento humano.
El hombre, por sí sólo no tiene fuerza suficiente
para oponerse a Satanás; pero Satanás no es otro Dios: Unidos a Jesús podemos
estar ciertos de vencerlo. Es Cristo el Dios cercano quien tiene el poder y la
voluntad de liberarnos; por eso el Evangelio es verdaderamente la Buena Nueva. Por
eso también debemos seguir anunciándolo en aquellos “Regímenes” de terror que
son frecuentemente las religiones no cristianas y diré todavía más; la cultura
actual del Occidente Moderno, vive gracias a la liberación del terror de los
demonios que le trajo el cristianismo; “PERO SI ESTA LUZ REDENTORA DE CRISTO SE
APAGARA, A PESAR DE TODA SU SABIDURÍA Y DE TODA SU TECNOLOGÍA, EL MUNDO VOLVERÍA
A CAER NUEVAMENTE EN EL TERROR Y LA DESESPERACIÓN. Y ya pueden verse signos de ese retorno de las fuerzas
obscuras al tiempo que rebrotan en el mundo secularizado los cultos satánicos”
(Cardenal Joseph Ratzinger, informe Sobre la Fe, Madrid, 1985).
Cuando el Santo Padre Benedicto XVI, era
el Cardenal Joseph Ratzinger encargado de la Fe, era el año 1985, hace 31 años.
En estos años, hemos podido considerar la rapidez con que el demonio ha
trabajado, por un lado, los cómplices humanos que tienen contacto directo con él
y que son los que ordenan se ejecute lo inconcebible: La tecnología que en
lugar de darle un buen uso, para mejorar y elevar al hombre se usa para
rebajarlo, para llevarlo a la degeneración y para que se haga esclavo y dependiente
de dicha tecnología. El tipo de música, que
ya no es música, la clase de arte grotesco en todas sus expresiones, los
lamentables y corruptos medios de comunicación, la junta de parejas sin casarse,
con la aceptación de los mayores; las enseñanzas y prácticas inmorales en las
escuelas, la liberación femenina que fue golpe mortal a los países, a la
sociedad y a la familia. El aborto, el crimen inexplicable y cruel que ejecuta
una madre contra su hijo. Los crímenes masivos, espeluznantes y macabros, de los
hombres contra los hombres y, muchas cosas más.
Ahora, lo inaudito:
“Matrimonios entre gentes del mismo sexo, con adopción de niños oficialmente
declarado en la Constitución.
Ya se enfrentó el
gobierno fuertemente a Dios. ¡Qué aberración, que maldad! Y que, ahora cada
niño o joven o adulto, puede escoger su sexo y que el gobierno dará los medios
para cambiarlo y, que sí los padres de familia no lo permiten irán a la cárcel.
Un libro de texto corruptor de la más bella inocencia. ¡El colmo! ¡Ponerse así
contra Dios! ¿Qué vendrá después?
Las personas humanas esencialmente nacen
hombre o mujer, es decir que el sexo está en lo físico, la fisiología y, en
toda la naturaleza del ser humano, desde el primer momento de su ser.
Pero no sólo el diablo
y sus secuaces, como lo dije al principio, sino todos los pueblos
concupiscentes que han ido permitiendo el mal, el cual ha entrado astutamente, hasta
convencer al ser humano de que lo malo es bueno. De los derechos falsos sin
deberes, de una vida promiscua y de un descenso fatal.
Si es un ataque diabólico sobrenatural, tomemos las armas sobrenaturales.
Si no nos acogemos a Dios, será una guerra desigual: La Oración, la Gracia, las
Fuentes Primitivas y venceremos el mal.
Advertimos que los ángeles de la Nueva
Era; a quienes muchos siguen, incluyendo católicos, son parte del demonio unido
a cierta categoría de hombres, para confundir y arrastrar almas al Infierno.
Sor Clotilde
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