domingo, 28 de agosto de 2016

"Obligaciones para el Ángel Custodio" Lección 28




Lección 28

“Probemos su existencia”
(Continuación)

OBLIGACIONES PARA EL ÁNGEL CUSTODIO


223.– Según San Bernardo: reverencia, amor, confianza y además obediencia.

224. - ¡Cuántas reverencias deben infundirte estas palabras, cuánto amor y devoción deben inspirarte, cuánta confianza deben darte!

225. – La reverencia, por su presencia; la devoción y amor por su benevolencia; la confianza por su custodia.

226. – Anda siempre con toda circunspección como quien tiene presente a los Ángeles en todos sus caminos.

227. – En cualquier parte, en cualquier lugar, aún en los más ocultos, ten reverencia al Ángel de tu Guarda.

229. - ¿Cómo te atreverás a hacer en su presencia, lo que no harías estando tu padre o tu madre?

230. – Dudas de que esté presente porque no lo ves? Sí consultas a la Fe, ella te prueba que no te falta la presencia del Ángel de la Guarda.

231. – Está presente para tu bien, para protegerte, siempre para provecho tuyo.
232. – “Acátale, escucha su voz, no le resistas”.

233. – “Amemos afectuosamente a los Ángeles de Dios, cómo a quienes han de ser un día coherederos nuestros, siendo ahora abogados y tutores puestos por el Padre y colocados por Él sobre nosotros”.

234. – Hoy que se han degenerado tanto las ideas sobre la realidad de los ángeles, seamos, con nuestra conducta, sus más amantes y valientes defensores.

235. – Amémoslos, agradezcamos a Nuestro Señor, tan enorme dádiva y unámonos a nuestro Ángel en la contemplación de las cosas Divinas.

236. – Mientras corre mi pluma escribiendo estas líneas, me traslado a otra dimensión para agradecer a Dios, con lágrimas de alegría la dicha de conocer a los ángeles con mayor profundidad. Mientras escribía está parte de los Ángeles, sentí estar en otra dimensión; por tanto, me atrevo a lamentar con el poeta:


Más ¡ay ¡cómo me olvido en estos pensamientos
embebido de que este hermoso estado
del vivir ni envidioso ni envidiado,
es para mí tan breve que pronto,
¡sí, desvanecerse debe!

Esto no es para mí perenne estado
Es sólo un reposo al cuerpo y al espíritu cansado:
Un descanso en un puerto,
De este enredo de la vida borrascosa:
Un oasis en medio del desierto
¿Después…?¡Después lo mismo…!
¡A luchar otra vez por este mundo!
¡A saltar de un abismo a otro abismo,
¡Con riesgo de rodar a lo profundo…!
Gabriel y Galán.








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