domingo, 7 de agosto de 2016

"PROBEMOS SU EXISTENCIA" Lección 25



Lección 25

“Probemos su existencia”

(Continuación)

183.– Dios gobierna y protege a los hombres por medio de los Ángeles y sí vivimos de Fe, tendremos la experiencia, a quien el tiempo de nuestro Ángel Custodio.

184. – Nosotros, quienes creemos en su existencia, ya los hemos hecho nuestros compañeros y amigos y sintiendo su protección, confirmada por la Fe, viviremos siempre acompañados sin sentirnos en triste soledad.

185. -  Santa Luduvina muchos años estuvo enferma y veía a su Ángel de la Guarda que la consolaba en sus penas y enfermedades. Cuando la visitaban otras personas, el Ángel desaparecía y Luduvina quería que estas visitas no se prolongaran, para no estar privada de la presencia de su Ángel con quien conversaba familiarmente.

186. – Santa Francisca Romana, gozaba del privilegio de ver continuamente a su Ángel de la Guarda, aún en presencia de otras personas, sin que las personas vieran al Ángel de Santa Francisca. Y cuando una de estas visitas cometía una falta el Ángel se cubría el rostro. Y si ella misma cometía alguna imperfección, el Ángel desaparecía y no lo veía más, sino hasta que reparaba su falta.  El Ángel de la Guarda fue su guía, su defensor y director. Una mirada del Ángel bastaba para hacer huir al demonio.

187. – Estos ejemplos que hemos narrado son extraordinarios, no son para todas las personas. Estas apariciones sólo se conceden a determinadas almas, no queramos para creer que se nos parezcan los Ángeles. Para nosotros las almas comunes, basta la Fe.

188. -  El momento en que empieza el cuidado del Ángel Guardián a su custodiado. Conocemos, a través de la Religión, que el Ángel Custodio empieza a proteger a su encomendado desde que es concebido, pues desde el momento en que es concebido, es una nueva persona y, por tanto, será un Nuevo Cristiano. Y aunque esté la madre y el hijo en íntima unión y la vida del niño dependa de la de la madre, sabemos, que son dos personas distintas e incomunicables.

189. – Oficio de los Ángel Custodios sobre los hombres: Nos ayudan en lo espiritual y en lo temporal; y conocedores de nuestra unión substancial, y de que la salvación de nuestra alma está ligada al cuerpo, y de que nuestras relaciones no sólo son con Dios, sino con los demás hombres, orientan su atención asiduamente a nuestro ser.

190. – Ilumina, de alguna manera, nuestro entendimiento, con inspiraciones, con buenas motivaciones y, del mismo modo inclinan nuestra voluntad hacia el Bien Verdadero.

191. – Igualmente cuidan de nuestro cuerpo, ya que conocen que el cuerpo es el Templo del Alma y que juntos resucitarán en el día del juicio final y vivirán por siempre unidos en el premio o en el castigo.

192. – Nuevamente invoquemos a la Sagrada Escritura para probar nuestra aseveración:

“Un Ángel protegió a Judith en su hazaña de matar a Holofernes”. (Judith XIII, 28).

“Los Ángeles salvaron a Lot de Sodoma” (Génesis XIX).

“Cinco Ángeles protegieron al ejercito de los Macabeos” (II Macabeos, X).

193. – Meditemos ahora, en estos bellos conceptos de hombres Santos:

Eusebio de Cesárea: “Los Ángeles son tutores de los hombres”.

San Hilario: “Los ángeles custodios son mediadores”.

San Basilio: “Compañeros de nuestro camino”.

San Gregorio Niceno: “Escudo protector”.

San Cirilo Alejandrino: “Maestros que nos enseñan la adoración y el culto de Dios”.

193. – Los textos escriturísticos que acabamos de citar y todos estos grandes personajes de la Historia de la Iglesia, nos enseñan con autoridad lo que es realmente el Ángel de la Guarda.

¿Cómo frente a estos hombres sabios prefieren los católicos a todo aventurero que enseña una doctrina falsa sobre los Ángeles?

194. – Canta la Liturgia: “Cantamos a los Ángeles Custodios de los hombres, que puso el Padre, junto a nuestra frágil naturaleza, como celestiales compañeros para que no sucumbiéramos frente a las insidiosas acometidas de los enemigos…”

Sor Clotilde





 


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