domingo, 21 de agosto de 2016

"El Ángel de la Guarda" Lección 27




Lección 27

“Probemos su existencia”
(Continuación)
EL ÁNGEL DE LA GUARDA

209.– Los Ángeles de la Guarda fueron dados, de parte de Dios, a todos los hombres, incluyendo a los paganos.

210. – “Dios quiere que todos los hombres se salven y vengan al conocimiento de la verdad”.

211. – Todas las almas son defendidas y protegidas por los Ángeles Guardianes.

212. – A veces los paganos, guardando bien su Ley Natural y no habiendo conocido al único Dios, llegan a salvarse por una iluminación de la Fe que, misteriosamente, se debe a los Ángeles de la Guarda.

213. – La Santa Madre Iglesia dá respuesta positiva, a los infieles que guardan su Ley Natural.

214. – Dios Nuestro Señor no sólo dió un Ángel para cada hombre; sino para cada reino, nación, diócesis, comunidad religiosa, pueblo, Iglesia…

215. –Se Cree que San Miguel Arcángel es el custodio de la Santa Madre Iglesia; ya que él custodió también la Sinagoga.

216. – Para los Santos Padres y Doctores de la Iglesia, esto es probable, y la Liturgia nos lo insinúa en el Oficio Divino y, en la Santa Misa se dá a entender.

217. – En el Libro del Profeta Daniel se menciona a San Miguel Arcángel, como Ángel del pueblo de Dios.

218. – “Cuando el Altísimo separaba las razas y se constituían los términos de cada pueblo, numeraba a los Ángeles que les habían de custodiar”. (San Jerónimo).

219. – Y sí así guarda a los pueblos el Creador, ¿Qué diremos de la Santa Madre Iglesia, del Vaticano, de todas las Diócesis, Parroquias, Órdenes, Comunidades etc?

220. – Con razón dice San Ambrosio: “No solamente destinó Dios a los Obispos para defender a su grey, sino también envió a los Ángeles”.

221. – San Gregorio de Nacianzo evocando al Apocalipsis, expresa: “No dudo que los Ángeles sean Rectores y Patronos de la iglesia, como nos enseña el Apocalipsis de San Juan”.

222. – Habiendo sabido Teodosio, que el rey de Persia venía a atacarlo con un gran ejército, reunió sus tropas, aunque él, como toda la ciudad de Constantinopla, estaban llenos de temor. En eso llegaron unos cristianos de Bitinia, diciendo que unos Ángeles los habían enviado para consolar al pueblo y para anunciar a Teodosio que saldrían triunfantes, pues había Dios enviado muchos Ángeles para ayudarlos y ser su guía. Por fin llegó la hora del combate y cien mil enemigos perecieron ahogados en el Río Éufrates (ejemplo extraído del Catecismo de Ripalda explicado por el Padre Luis Vega S.J.).

Sor Clotilde




 







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