domingo, 4 de septiembre de 2016

"Los Ángeles caídos, origen del demonio" Lección 29



Lección 29

“LOS ÁNGELES Probemos su existencia”
(Continuación)

LOS ÁNGELES CAÍDOS

ORIGEN DEL DEMONIO


237.– “En esto apareció un gran prodigio en el cielo, una mujer vestida de sol y la luna debajo de sus pies, en su cabeza una corona de doce estrellas y, estando encinta, gritaba con ansias de dar a luz, y sufría dolores de parto. Al mismo tiempo, se vio en el cielo otro portento: Y era un dragón descomunal bermejo, con 7 cabezas y 10 cuernos y, en las cabezas, tenía 7 diademas y su cola traía arrastrando a la tercera parte de las estrellas del cielo, y arrojolas a la tierra. Este dragón, se puso delante de la mujer que estaba para dar a luz, a fin de tragarse al hijo luego que ella hubiera alumbrado. Ella dió a luz un Hijo varón, el que apacentará a todas las naciones con cetro de hierro; y el Hijo fue arrebatado de Dios y para el trono suyo, y la mujer huyó al desierto donde tiene un lugar preparado por Dios, para que allí la sustente durante 1200 años”. (Apocalipsis de San Juan).

238. – “Entre tanto, se trabo una batalla grande en el cielo; Miguel y sus Ángeles pelearon contra el dragón y peleaba el dragón y sus ángeles, más no prevalecieron y no se halló más su lugar en el cielo, y fue precipitado el gran dragón, la serpiente antigua que se llama diablo y satanás, el engañador del universo, arrojado fue a la tierra y con él fueron arrojados sus ángeles. Y oí una gran voz en el cielo que decía: “Ahora ha llegado la salvación, el poderío y el reinado de Nuestro Dios y el imperio de su Cristo, porque ha sido precipitado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de Nuestro Señor Dios día y noche. Ellos lo han vencido en Virtud de la Sangre del Cordero, y por la palabra de la cual daban testimonio, menospreciando sus vidas hasta morir. Por tanto, alegraos, oh cielos y los que habitáis en ellos, más ay, de la tierra y del mar porque descendió a vosotros el diablo, lleno de gran furor, sabiendo que le queda poco tiempo.

239. – Cuando el dragón se vio precipitado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado luz al varón, pero a la mujer le fueron dadas dos alas de águila grandes, para que volase al desierto, a su sitio, donde es sustentada por un tiempo y (Dos) tiempos y la mitad de un tiempo, fuera de la vista de la serpiente. Entonces la serpiente arrojo de su boca en pos de la mujer, agua como un río para que ella fuese arrastrada por la corriente. Más la tierra vino en ayuda de la mujer, pues abrió la tierra su boca, y sorbiéndose el río que el dragón había arrojado de su boca, y se enfureció el dragón contra la mujer, y se fue a hacer guerra contra el resto del linaje de ella, que son los que guardan los Mandamientos de Dios, mantienen el testimonio de Jesús y se aposentan sobre la arena del mar”. (Apocalipsis de San Juan).

240. – Aquí se habla de una gran batalla en el cielo entre San Miguel y sus Ángeles y el Dragón y los suyos. Realidad e imagen de las luchas perennes, entre los Ángeles buenos que nos inclinan a la salvación y los ángeles malos que nos conducen a la perdición.

241. – Hemos tomado el Libro profético de San Juan, denominado el Apocalipsis Capitulo XII, 1-17 para fundamentar la historia real de los ángeles malos, cuyo caudillo es Lucifer, quien se enfrenta al mismo Dios por la soberbia y la envidia. Castigándolos Dios, después de luchar el malo y los Ángeles buenos, con el fuego eterno del infierno, creado para el diablo y sus seguidores.

242. – Cuenta la tradición eclesiástica, que resume las conclusiones de profundas exégesis, realizadas sobre distintos textos de la Sagrada Escritura (ejemplo: Isaías XIV, 13-15), que el más bello e inteligente de los Ángeles creados, cuando Dios les reveló a los Ángeles que el Verbo se haría Hombre para salvar al mundo y que todos ellos se postrarían a su adoración, luzbel, se contempló a sí mismo, se ensoberbeció y díjole a Dios: “Non servíam”, siguiéndole multitud de creaturas angelicales. En seguida San Miguel Arcángel se enfrenta a Luzbel, en una lucha de entendimiento y de ideas. Se entabla una gran batalla en el cielo. Lucifer dice: “¿Quién como yo?” y, el no menos hermoso y excelente arcángel, San Miguel, proclama con fuerza y sublimidad: “¿Quién como Dios?”. Terminada esta guerra mental con la creación del Infierno, a donde fueron arrojados todos los ángeles rebeldes con su caudillo Lucifer.

243. - Está narración prueba que los ángeles malos habían sido creados en gracia, y tenían como destino la visión beatifica por toda la Eternidad; pero abusando de su libertad, en el momento de la prueba, tomaron como suyos los dones que graciosamente les habían sido otorgados por su Creador, se rebelaron contra Él y lo perdieron todo.

244. – Satanás calló al infierno por soberbio. Y la historia se repite: ¿Por qué pecaron Adán y Eva? Por soberbia, querían ser como Dios. ¿Y, por qué peca hoy el hombre? Por soberbia: desprecia las Leyes Naturales y Divinas y se dicta, a sí mismo, sus propias leyes. En aras del ego, olvida a Dios, para idolatrarse a sí y a toda creatura que, de algún modo, satisfaga ese ego, olvidando su destino eterno.

245. – Ojalá todos fuéramos como San Miguel Arcángel, y supiéramos, a cualquier precio, defender los Derechos de Dios y de su Iglesia.

246. – También se ve con diáfana claridad, la creación del infierno, ¡Cómo arroja Nuestro Señor al diablo y sus secuaces al abismo! ¡Cómo triunfa y triunfará Jesucristo, a pesar de la persecución nefasta de satanás, contra toda creatura humana!

247. – La Profecía aludida es profundamente bella en su exposición, pero como toda Profecía, es un Misterio para el común de los católicos y, de cierta forma, también para los exégetas. Sin embargo y sin que pretendamos, por nuestra ignorancia, hacer una exégesis personal de la misma, podemos, con la autoridad de lo que la Iglesia nos ha enseñado, creer que esto, narrado por el Apocalipsis es el origen del demonio.

248. - El Apocalipsis de San Juan es un libro profético de gran estatura e interminable profundidad. Es un Libro que nos hace sentir al leerlo, aunque a veces no podamos entenderlo, que salimos de la superficie de la tierra para saborear un poco de cielo. El Apocalipsis tiene una belleza incomparable, vive uno más de cerca los Misterios de Dios. Es bello y verídico en sus figuras y analogías.

249. -Es verdad, que toda la Sagrada Escritura tiene sabor a Eternidad y, Cómo no había de tenerlo si es Revelación del Dios Infinito y Eterno, cuya palabra también es eterna e infinita. La exégesis, las mismas declaraciones del Magisterio, penetran esta Revelación, hasta donde Dios lo ve necesario y lo permite. Pero el Apocalipsis, es un Libro tan hermoso y sublime, que se presenta como un triunfo; como una luz brillantísima dentro de los Libros Proféticos de la Revelación de Dios.

250. -Hoy se atreven los laicos, no sólo a querer explicar la Sagrada Escritura, sino, sin estudio alguno de la misma, quieren entender y explicar el Libro del Apocalipsis que merece una exégesis muy singular y que, no estamos señalados ni capacitados para hacer una falsa “Exégesis” de la Revelación Divina, como la hacen los protestantes y por lo que hay tantas sectas.

251. – Ahora hay quienes expresan que el Apocalipsis, no es un Libro Profético; sino un Libro Simbólico, del cual ha pasado su época, que no hemos de temer por el castigo de Dios o el fin del mundo, porque ese no es su contenido, pues no tiene autoridad Profética y, sí simbólica belleza.

252. – Se equivocan los Pastores y Laicos que aseveran tal herejía, pues yo digo que el Santo Libro del Apocalipsis es Profético por antonomasia y que las figuras que se usan para expresar el tema profético, sí, son términos humanos. Pero todo es inspirado de Dios. A tales profecías les acompañan las figuras, las analogías para que algo podamos comprender, pero en su concepto propio, son parte de la esencia del Libro Profético.


Sor Clotilde





 


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