sábado, 9 de noviembre de 2013

"Los ángeles ¿verdad o mentira?". Capítulo 3. Los falsos ángeles de la Nueva Era.

Capítulo 3. Los falsos ángeles de la Nueva Era.



Introducción.



¡Despierta, católico! Ya no permitas que el engaño y la mentira te sorprendan hasta atraparte en el error. Se vive una sola vez, sean muchos o pocos años, y la finalidad de pasar por este valle terrenal es que consigas una eternidad feliz. Te has olvidado de tu destino: alcanzar la felicidad en la tierra, iluminando tu entendimiento con la verdad, para que él guíe, ordenadamente tu voluntad hacia el auténtico bien. Y del mismo modo, hacer que el corazón se nutra con bellos y sabios sentimientos, caminando hacia el reino celestial.

Existe el Infierno, existe el Purgatorio, existe el Cielo ...verdad irrefutable es que quien muere en pecado mortal quien fallece sin arrepentimiento, será arrastrado al Infierno...Son verdades eternas reveladas por el mismo Cristo en la Sagrada Escritura y en la Tradición Apostólica. Verdades tan eternas como el Cristo de ayer, de hoy y de siempre: "yo soy el Alfa y la Omega" (Ap).

Para aquellos que sólo buscan la materia y andan en pos de los placeres, ved lo que dice la Sagrada Escritura: "Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, que todo lo demás vendrá por añadidura". No olvidemos: ¿de qué sirve al hombre ganar todo el mundo si al fin pierde su alma? (Mt 16, 26). Escuchemos a san Agustín: "Nos hiciste Señor para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti".

No vuelvas la espalda a tu religión católica por medias o falsas verdades, cuando que, la verdad la posee la religión católica. Me responderán que nadie es dueño de la verdad absoluta, y es cierto, puesto que la verdad absoluta es el mismo Dios y nadie es dueño de Dios. Además toda verdad esencial y fundamental en todos los órdenes, viene de Dios, siendo base de otras verdades secundarias. Por lo cual nadie es dueño de la verdad. Sin embargo, Él quiso, a través de la Revelación Divina, mostrarnos el único camino en la tierra para alcanzar el fin del hombre: darle gloria a Dios y así salvar nuestra alma.

Piensa y reflexiona: Dios no juega con sus criaturas, las respeta en su libertad y, por tanto, no va a enseñar varios caminos, varias doctrinas, varios métodos; pues es el Dios que se hizo hombre tomando nuestra naturaleza humana para ganarnos el Cielo a través del Calvario y de la Cruz y que se proclama públicamente: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida" no puede engañar a sus criaturas".

Y si Cristo, Camino, Verdad y Vida, fundó su Iglesia: "Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia" (Mt 16, 18) e instituyó el papado: "Te daré las llaves del reino de los cielos" (19). "Apacienta mis corderos, apacienta miS ovejas" (Jn 21, 15-16) y deposita en su Iglesia y al cuidado del papado su doctrina es el Camino, Verdad y Vida; te corresponde a ti, católico, buscar y vivir ese Camino, esa Verdad y esa Vida. Deja de ir en pos de novedades y profundiza tu verdadera religión.

Te falta piedad: ora, cultiva la Gracia Santificante a través de los Sacramentos; asiste devotamente, no como si fueras a una función profana buscando diversión y acomodo, al Santo Sacrificio de la Misa y podrás entonces recibir los dones y frutos del Espíritu Santo que te harán saborear la dicha de ser católico.

"Al que mucho tiene se le dará más; y al que poco tiene aun eso poco se le quitará". Aplicando este texto a los católicos, decimos: "Aquel que se ha preocupado por instruirse, que vive en gracia y que entiende, comprende, practica: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y a tu prójimo como a ti mismo", descubrirás día a día el sabor celestial de lo divino e irá enriqueciendo su alma. Por el contrario, el que se descuida de lo fundamental, irá resbalando hasta naufragar en la mentira y despojado de la luz de la fe, caerá de rodillas ante los falsos dioses porque no quiso inclinar la cabeza ante el verdadero Dios.



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